AYUDA TERAPÉUTICA DE LOS GATOS A LOS HUMANOS


Las primeras publicaciones al respecto no fueron tomadas en serio por algunos colegas, pero rápidamente se desarrolló una corriente en la psiquiatría para promover el uso de la asistencia terapéutica de los animales. Los perros fueron los primeros en ser utilizados, pero los gatos se emplean regularmente con las personas de edad avanzada y en el ámbito hospitalario. Obviamente se utilizan solo animales que sean dóciles, y en estas condiciones los gatos tienen la ventaja de que requieren menos atención, no necesitan que se los saque a pasear, son livianos y ágiles y pueden saltar al regazo de una persona anciana sin riesgo de provocar una caída o golpe. Hay muchos pacientes que prefieren a los gatos por su personalidad más independiente.

El papel que desempeña el personal médico es fundamental, ya que si bien el gato permite al enfermo abrirse al mundo y desarrollar conductas positivas, son ellos quienes dirigen las relaciones con los animales para guiar al paciente hacia la cura o, al menos, hacia una mejoría. En estos tratamientos los animales son solo una herramienta terapéutica más.

Fuera del ámbito de la psiquiatría, numerosos estudios mostraron que el simple hecho de acariciar un gato, de hablarle, o incluso de leer en su presencia sin interactuar con él, bastaba para hacer disminuir la presión arterial.

Otros estudios mostraron también la utilidad del gato en el caso de pacientes con patologías cardíacas graves, dado que su presencia aumentaba el tiempo de supervivencia. La presencia de un gato en el ámbito hospitalario contribuye a humanizar el lugar y a establecer relaciones entre los pacientes y el personal médico.

Puede parecer que la presencia de un gato aumente las tareas del personal, pero a partir del momento en que se le introduce, ese mismo personal siempre admite que su presencia facilita las relaciones, disminuye el grado de agresividad de los pacientes y hace que todo sea más fácil.


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